Consulta a un médico u ortopedista antes de comenzar cualquier nueva rutina de ejercicios, especialmente si tienes afecciones preexistentes o antecedentes de lesiones.
Elije una variedad de ejercicios que incluyan actividades de fortalecimiento, aeróbicos y de flexibilidad para obtener beneficios óptimos para la salud ósea y articular.
Escucha a tu cuerpo y ajusta la intensidad y duración del ejercicio según sea necesario para evitar lesiones y fatiga excesiva.
Incorpora ejercicios de calentamiento y enfriamiento adecuados antes y después de cada sesión de entrenamiento para preparar los músculos y las articulaciones y reducir el riesgo de lesiones.