Mantente activo
Aunque el frío puede hacer que sea tentador quedarse adentro y descansar, es importante mantenerse activo para mantener la flexibilidad y la fuerza en las articulaciones. Opta por actividades de bajo impacto como caminar, nadar o hacer ejercicios en el agua caliente para aliviar el dolor y mejorar la movilidad.
Aplica calor
El calor puede ayudar a aliviar la rigidez y el dolor en las articulaciones durante el invierno. Utiliza una almohadilla térmica, una botella de agua caliente o toma un baño caliente para relajar los músculos y mejorar la circulación sanguínea en las áreas afectadas.
Mantén tus articulaciones abrigadas
Protege tus articulaciones del frío usando ropa abrigada y capas adicionales, especialmente en áreas como las manos, las rodillas y los tobillos. Usa guantes, rodilleras o vendajes elásticos para mantener tus articulaciones calientes y estables.
Mantén un peso saludable
El exceso de peso puede ejercer una presión adicional sobre las articulaciones y empeorar el dolor. Mantén un peso saludable a través de una dieta equilibrada y ejercicio regular para reducir la carga sobre tus articulaciones y mejorar tu bienestar general.
Considera suplementos
Algunos suplementos, como el sulfato de glucosamina y el condroitín, han demostrado ayudar a reducir el dolor en las articulaciones y mejorar la movilidad en personas con artritis. Habla con tu médico antes de comenzar cualquier suplemento para asegurarte de que sea seguro y adecuado para ti.
Consulta a un fisioterapeuta Un fisioterapeuta puede ayudarte a desarrollar un programa de ejercicios específico para fortalecer las articulaciones afectadas y mejorar la movilidad. También pueden proporcionarte técnicas de terapia manual y consejos para manejar el dolor de manera efectiva.